Es una historia que nace de sus tristezas
en una noche bohemia de vino y boleros.
Ella en compañia pero en oscura soledad,
Yo entre luces cálidas, y en fria soledad.
Es una historia irracional, sin aviso, ni predicción.
Un mensaje y esa sonrisa en la distancia bastaron,
Un beso, y una mirada incitante desde su balcón,
Para, sometido y apasionado caer en tentación.
Incrédulo, pero confiado involucré el corazón,
Aquel en otrora cataléptico, dolido, y pesaroso,
Más junto a ella, ilusionado, vivo, de recio latido.
Al final de la historia, otra vez destrozado y abatido.
Es una historia inverosímil que jamás podrá ser,
De besos fugaces, de encuentros clandestinos,
de lágrimas sin sentido, de lamentos perdidos.
de flores marchitas que no llegaron a su destino.
Jonathan Diaz Vanegas
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