Ella vio en
mis ojos el hombre que fui y el que quiero ser,
Se encontró
con mi regocijo, con mi nobleza, con mis tristezas.
Ella vio en
mis ojos algo que ni yo mismo he podido ver,
Se encontró
con mi calma, con mis miedos, con mi alma.
Yo vi en sus
ojos bonitos, los colores que veo al amanecer,
El rocío de
una mañana serena, y el sol saliente tras la montaña.
Vi el arrebato
de los arbustos, para dar paso a la fría brisa,
Vi reflejado
en sus ojos, mi alegría, mi fe y mi risa.
Esa noche vi
en sus ojos bonitos la bendición de Dios,
Lo
imperturbable de su corazón, lo sutil y etéreo de su esencia.
Vi su mirada hechicera,
agraciada, alucinante, al final inefable.
Vi reflejado
en sus ojos, mi sosiego al sentir su presencia.
Yo vi en sus
ojos bonitos un beso pausado al despertar,
Vi que me
llevaba de la mano a la playa caminar,
Y sentí
tranquilidad al notar en sus ojos la felicidad,
Esos ojos que encandilaron
mi tristeza, mi oscuridad.
Ella vio en
mis ojos algo que ni yo mismo he podido ver,
Se encontró
con mi calma, con mis miedos, con mi alma.
Yo vi en sus
ojos bonitos, los colores que veo al amanecer,
El rocío de
una mañana serena, y sol saliente tras la montaña.
Jonathan Camilo Díaz Vanegas
Jonathan Camilo Díaz Vanegas
"Y alcanzó a decirle con el último aliento:
Sólo Dios sabe cuanto te quise"
Gabriel Garcia Marquez (El amor en los tiempos del cólera)