miércoles, abril 30, 2025

No Demore


En el momento adormilado de la noche,
Cuando el eco se pierde en la distancia,
Y sólo se escucha de los grillos su estridor,
Yo aguardo en solitario, y con paciencia, 
En mi puerta, de su figura el esplendor. 

Las luces son tenues y el vino está servido,
Aunque hoy no llueve, el tiempo es frío, 
Yo solitario pensativo, y en silencio vacío,
Presumo, ante su ausencia y su desdén,
Qué me ha dejado marginado al olvido. 

No detenga su andar, no demore su llegada, 
Qué las plantas florecidas se marchitan,
Y la noche pesarosa, apática, se hace infinita.
Apresure su marcha, que la lluvia se avecina,
Ya mi voz áfona y en mi pluma se vacía la tinta.

Yo aguardo solitario, no demore su llegada,
Qué la noche sigilosa es cruel e indolente, 
Y el tiempo pasa despiadado, indiferente,  
Ya el vino está servido, no retrase su llegada,
Qué anhelo ver mi alma, en su mirada reflejada. 

Jonathan Diaz

Temo




Le temo a irme y a no regresar,
A no saber a dónde voy, 
A no saber a dónde llegar,
No temo al camino, sino al final. 

No le temo al viento, a las tinieblas, ni al mar,
Le temo al paso del tiempo, al lento caminar.
No le temo al silencio, ni a mi soledad,
Si temo de Dios la voluntad. 

A la duda, a la incertidumbre, 
Al miedo, al desasosiego y a la melancolía.
Temo a su ausencia, y su indiferencia. 
No a perder, pero si a perderla a ella. 

A no despertar, a dejar de reír,
A dejar de sentir, de sentirme vivo. 
A dejar de oír el alboroto de su carcajada, 
A no poder sentir el calor, su pasión, 
La nobleza, y el latir del corazón de mi amada.

Jonathan Diaz Vanegas