Hoy mi habitación en silencio,
Ahora mi cama, impávida vacía,
Sábanas que desprenden fina fragancia,
Que evoca recuerdos de fantasía.
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Evoca aquella noche, céfira, fascinante.
Cuando sus labios asaltaron los míos,
con besos sin fin, intensos, inefables.
Y su pecho junto al mío, uno solo,
Vehemente sentía, de mi corazón el latir.
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Hoy las paredes, único testigo, silente,
De aquel esbozo de perfecta desnudez,
Que dejando el temor, volando al aire,
Descubrió inocente, su perpetua lucidez.
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Niña, mujer de inquieta mirada,
De sonrisa ladina, pilla, tentadora,
De voz sutil, tierna, seductora,
Que evoca recuerdos de fantasía,
Niña, mujer encantadora, prohibida.
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Y al alba limpia, serena y tibia,
De nuevo junto a mi, su luz encontré,
Su beldad, despojada, contemplé,
Y su piel con placidez, y sosiego besé.
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Jonathan Camilo Diaz Vanegas
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" Nunca dejes de sonreir, ni siquiera cuando estés triste,
porque nunca sabes, quien se puede enamorar de tu sonrisa."
G.G. Marquez